Desconectar. Tan fácil de decir, y tan difícil de hacer, a veces. Ojalá nuestro cerebro tuviera un interruptor que nos permitiera olvidarnos del trabajo y de nuestros problemas al llegar a casa, al meternos en la cama, al irnos de fin de semana o de vacaciones. Si estás leyendo esto, es probable que sea porque te resulte complicado dejar tus pensamientos a un lado y que te angustien, y puede que seas un adicto a pensar.
Prueba a descalzarte y cerrar los ojos, y céntrate en las sensaciones que te llegan a través de la planta de los pies. ¿Verdad que si nos concentramos en uno de nuestros sentidos somos plenamente conscientes de él y domina en nuestra percepción de la realidad? En un mundo centrado en el pensamiento, éste, y no la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, acostumbra a ser la vía principal a través de la cual experimentamos la realidad. Para desconectar, es clave desarrollar una nueva relación con el pensamiento, y trabajar para que éste sea una parte de la experiencia y no el que la domine. A continuación, os proponemos unos trucos para que halléis el interruptor de vuestro cerebro y desconectéis de una vez por todas:
1. Practica el mindfulness, o lo que es lo mismo, presta atención de manera consciente a lo que estás experimentando en este momento con interés, curiosidad y aceptación. Dicho de otra forma, intenta centrarte en las sensaciones que estás teniendo y deja de lado el pensamiento. Por ejemplo, por la mañana, cuando te estés duchando, en lugar de hacer un listado de todo lo que tienes que hacer a lo largo del día, disfruta de la sensación de estar bajo el agua caliente.
2. Sal a pasear, solo o acompañado, y presta atención a la luz, la brisa, los sonidos y el resto de sensaciones que lleguen a tu cuerpo.
3. Ralentízate. En lugar de llenar tus días de mil y una actividades, intenta hacer menos y dedicarles más tiempo y de más calidad. Juega con tus hijos, lee aquel libro que acumula polvo en la mesilla de noche, dedica tiempo a cocinar, recupera el placer por la buena música o por ver una película.
4. Sé bondadoso contigo mismo, en lugar de flagelarte.
5. No procrastines. Si dejas las tareas para el último momento, te sentirás más estresado e ineficiente, y no podrás dejar de pensar en lo que dejaste por hacer.
6. Practica deporte. No sólo te pondrás en forma, sino que eleva los niveles de dopamina y serotonina y funcionan como antidepresivo.
7. Cuando puedas, haz la siesta y duerme sin despertador para disfrutar del simple placer de dormir.
8. Deja de lado el móvil. ¿Cuántas veces hemos tuiteado, actualizado el estado en Facebook o respondido mensajes mientras estamos en una cena con amigos o en un concierto? ¿Y cuántas hemos consultado el correo del trabajo cuando ya ha acabado la jornada laboral o durante las vacaciones? Una opción para reducir nuestra dependencia del móvil es imponerse límites y consultarlo en determinados momentos del día.
9. Establece un tiempo concreto al día para pensar en tus problemas y buscarles soluciones, y relega toda preocupación a ese tiempo.
10. Medita. Dedica unos minutos al día a relajar la mente hasta liberar la consciencia. Siéntate en un lugar silencioso, cierra los ojos, sigue tu respiración y concéntrate en cada parte de tu cuerpo para detectar tensiones.