Acostumbramos a visualizar las mermeladas sobre una tostada, como parte del desayuno. Pero las mermeladas son versátiles y pueden dar un toque muy especial a muchas recetas.
Un alimento de toda la vida
Las mermeladas nacieron de la necesidad de conservar la fruta durante todo el año. Para ayudar a preservarlas y evitar que las bacterias y hongos las estropeen se combinan dos estrategias:
. Se mezcla la fruta con mucho azúcar, que hace que los microorganismos no puedan crecer bien.
. Una vez elaborada y envasada, la mermelada es esterilizada. Cuando son caseras se utiliza el baño María, mientras que a nivel industrial se utiliza la pasteurización, que es más eficiente a la hora de matar hongos y bacterias.
Las mermeladas con stevia tienen hasta un 70% menos de calorías que la mayoría de mermeladas elaboradas con azúcar.
Mermeladas hay de muchos tipos, pero las más novedosas son las que en lugar de azúcar utilizan stevia para endulzarlas y de este modo conseguir un alimento saludable, con menos calorías y mejor tolerado por las personas que deben controlar el azúcar que toman.
La imaginación es el único límite para utilizar una mermelada. Pueden usarse para preparar postres, pasteles, endulzar yogures, preparar salsas agridulces y vinagretas dando un toque especial a los platos, e incluso añadir a batidos y smoothies. De todos modos, te proponemos algunas ideas curiosas para que te animes a experimentar.
Mucho más que un ingrediente para el desayuno, las mermeladas nos sorprenden por ser ingredientes originales, fáciles de utilizar y al alcance de todo el mundo que mejoran y realzan una infinidad de recetas, dulces y saladas.
Fresa con chocolate
La mermelada de fresa tiene un aroma y una acidez muy particular que combina estupendamente con alimentos aromáticos como el chocolate y se puede añadir a pasteles y helados de chocolate.
Los lácteos también casan muy bien con la mermelada de fresa. Puedes preparar una tostada con un poco de queso de sabor intenso, como el brie o el azul, calentar un poco al horno y acompañar con una cucharadita de mermelada. También puedes preparar un pastel de queso y cubrirlo con esta mermelada. Y, por supuesto, añadir mermelada de fresa a tu batido de leche o de bebida vegetal.
Un truco culinario sorprendente es añadir una cucharada de mermelada de fresa a la ensalada, sobre todo si además añades un poco de queso de sabor fuerte.
Vinagreta de melocotón o de ciruela
Las mermeladas de melocotón, al igual que las de ciruela, son dulces pero con un toque ácido, que las convierten en buenos recursos para enriquecer vinagretas y darles un sabor más exótico y suave. Los yogures naturales también casan muy bien con la mermelada de melocotón y con la de ciruela, ya que ayudan a bajar su acidez y les aportan un extra de cremosidad.
Una combinación ganadora es mezclar atún en conserva con un poco de mermelada de melocotón y darle un toque ácido con salsa rosa. El sabor te sorprenderá.
Smoothie de albaricoque
Combinada con tu bebida vegetal favorita y unos frutos secos (nueces, avellanas, almendras), la mermelada de albaricoque endulza y aporta un aroma suave y muy sutil que enriquece el sabor de los batidos. También se puede utilizar para elaborar pasteles tan emblemáticos como la tarta Sacher, cuya receta original es con mermelada de albaricoque.
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