Todo apunta a que los productos ecológicos, y especialmente los alimentos, son más saludables. En ese sentido los alimentos ecológicos destacan por tener mayor cantidad de fitonutrientes y ciertas vitaminas y minerales.
Cada vez tenemos a nuestra disposición más productos ecológicos, desde alimentos, a cosméticos, ropa, materiales de construcción, e incluso vitaminas y otros suplementos alimenticios.
Alimentos más saludables
Dentro de los productos ecológicos llaman la atención las frutas y vegetales que tienen más cantidad de compuestos fenólicos, una familia de principios activos vegetales a la que se le atribuyen propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias, antimicrobianas, antioxidantes, inmunomoduladoras, cardioprotectoras, vasodilatadoras y analgésicas. Vamos, todo un elenco de cuidados para la salud. Y los cereales ecológicos, que tienen menor cantidad de cadmio, un mineral que puede dañar al riñón y favorecer la desmineralización de los huesos.
Aunque hace décadas que recuperamos la producción ecológica de alimentos, aun no hay muchas investigaciones científicas que nos digan cómo funcionan estos alimentos. Pero de los estudios que hay por el momento se ha visto que seguir una dieta más rica en productos ecológicos nos aporta más nutrientes y podría ayudarnos a prevenir alergias y sobrepeso, tal y como apunta un estudio del grupo del Doctor Kesse-Guyot publicado en el año 2017.
Más sabor
El buen sabor de los alimentos bio es una de las características que más podemos apreciar por nosotros mismos. Frutas, verduras, cereales integrales… suelen tener un sabor más genuino.
El tema del sabor se ha investigado y aunque es un tema muy subjetivo, se ha visto que los consumidores notan mejor sabor en los productos ecológicos. Esto seguro que tiene muchas causas, desde que son alimentos sin saborizantes y aromas artificiales, que lasmaterias primas tienen más calidad e incluso que son más ricas en estas sustancias que dan sabor.
La calidad en la producción también ayuda a mejorar el sabor, ya que los productos ecológicos como galletas, pastas, bollería, etc. tienen mucho cuidado en hacer hincapié en el uso de métodos de elaboración cuidadosos, para garantizar que se conservan los valores orgánicos y las cualidades vitales del alimento en todas las etapas de la elaboración.
Calidad controlada
Otro punto positivo y a tener en cuenta a la hora de elegir un producto ecológico, es la seguridad que hay detrás de su producción, ya que existen organizaciones que se encargan de controlar, evaluar, revisar y certificar los procesos de producción, para asegurar que estos alimentos, cosméticos y otros productos, cumplan con las máximas normas de calidad y seguridad.
Más allá de la comida
Elegir un producto ecológico tiene ventajas colaterales, más allá del beneficio que podemos recibir directamente nosotros:
Menos resistencia a antibióticos. La ganadería convencional suele usar antibióticos de forma preventiva, y eso puede propiciar que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos de uso convencional.
Cuidamos del medioambiente. Tanto la agricultura como la ganadería ecológica son más respetuosas con el medioambiente, ya que no utilizan pesticidas ni herbicidas artificiales, sino que recuperan técnicas orgánicas y más respetuosas con el ecosistema. Pero además, otros productos ecológicos como la cosmética bio, la ropa, etc. también contribuyen al cuidado del medioambiente, evitando el uso de contaminantes e incluso recurriendo a materias primas más respetuosas como algodón ecológico, principios activos naturales, tintes vegetales, etc.
Favorecemos la biodiversidad. Al no usar pesticidas ni herbicidas artificiales, sino usar técnicas naturales, respeta y no afecta negativamente el resto de la flora y la fauna.
Promovemos los recursos renovables y los sistemas agrícolas organizados localmente.
Ayudamos a evitar la desertización de los suelos. Las técnicas agrarias como el barbecho, el cultivo rotatorio o el combinado, favorecen la fertilidad de los suelos y evitar la contaminación de las aguas subterráneas al no usar pesticidas ni abonos artificiales.
Ahorramos energía. En general la agricultura y ganadería ecológicas consumen menos energía y además al no usar abonos ni pesticidas artificiales también ahorra la energía que costaría producirlos.
El punto negativo
En el caso de los alimentos, como no tienen conservantes artificiales ni otras sustancias que puedan alargar su vida de un modo no natural, su caducidad podría ser más pequeña. Por lo que no es recomendable almacenarlos en casa, ya sea en la despensa o en la nevera, sino que lo más conveniente es consumirlos cuanto antes, así de este modo también aprovechas al máximo sus nutrientes.
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