Durante siglos la melisa y la salvia se han utilizado por separado para mejorar molestias como los sofocos durante la menopausia, el sudor excesivo y las indigestiones. Pero cuando las combinamos obtenemos una infusión, que además de estar muy buena, unifica sus propiedades saludables.
Melisa, para unas digestiones felices
La melisa (Melissa officinalis) es una de las plantas con mejor sabor. Sus hojas se parecen a las de la menta, pero su aroma es mucho más sutil y agradable, y recuerda mucho al olor de los cítricos.
El aroma de la melisa es muy agradable, tanto que es una de las plantas preferidas de las abejas, de ahí el origen de su nombre, melisa, que quiere decir amada por las abejas.
El aceite esencial es el principal componente de la melisa y el que le confiere, además de su aroma, sus cualidades medicinales. Gracias a él, la melisa en infusión resulta muy conveniente para:
- Aliviar molestias digestivas como gastritis, enteritis y nauseas.
- Prevenir gases intestinales, flatulencias y espasmos gastrointestinales.
- Mejorar la digestión y evitar la pesadez.
- Relajar y calmar los nervios.
- Favorecer el sueño y prevenir el insomnio asociado por a estados de estrés o ansiedad.
- Mejorar el estado de ánimo.
Salvia, regula la sudoración
La salvia (Salvia officinalis) es una planta originaria de la cuenca mediterránea que se ha utilizado desde la antigüedad. El famoso médico Dioscórides fue uno de los primeros en describir sus virtudes y consideraba que la salvia era capaz de estimular la producción de orina (eliminar líquidos), la menstruación y provocar el parto. Desde entonces, la salvia se ha utilizado para aliviar molestias femeninas como los sofocos o los desarreglos menstruales, pero también se la ha utilizado para estimular la fertilidad.
La palabra salvia, proviene de la palabra latina “salvare”, que significa curar, y de hecho fue una de las plantas más apreciadas dentro de la medicina grecorromana.
La salvia es muy rica en principios amargos que ayudan a mejorar las digestiones. De ese modo tomar una infusión de salvia después de comer contribuye a prevenir molestias como flatulencias, digestiones pesadas y espasmos.
Otro de los componentes de la salvia, en este caso los aceites esenciales, son los que convierten a esta planta en una gran aliada del bienestar femenino, al ayudar a regular el ciclo menstrual, los sofocos e incluso calmar los calambres y dolores menstruales que acompañan al síndrome premenstrual.
Pero no solo las mujeres se benefician de la salvia. El aceite esencial de esta planta es muy útil para ayudar a regular la sudoración y mejorar el olor corporal. Y por si fuera poco contribuye a equilibrar el sistema nervioso y mejora funciones como la memoria y el aprendizaje.
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